Historia del motor: 1958 Ford Edsel

Cada vez que escribimos sobre vehículos clásicos hablamos de aquellas piezas de la historia automotriz con las que soñamos y las que deseamos poseer para exhibirlas, dar una vuelta en ellas los domingos y ser la envidia del vecindario, pero la realidad es que no todos los autos antiguos han pasado a los archivos de la historia por su buen desempeño o exquisito diseño. La familia Edsel de Ford es uno de esos casos de proyectos desastrosos que ocupan un lugar especial en la historia de la automoción.

La historia del Edsel nace en 1955, un año donde prácticamente todo lo que salía al mercado se vendía dada la prosperidad reinante en Estados Unidos en los años de postguerra. Muchos de los departamentos de diseños no se esforzaban mucho por crear un estilo exterior novedoso principalmente porque se le daba más importancia a otros aspectos como planta motriz y materiales en los interiores. En ese año de 1955 se empieza a barajar la idea de crear una división –o   familia de autos- paralela a Ford Motors orientada  a un público más joven y que a la vez llenara esos segmentos nicho que no abarcaban los modelos con emblemas Ford y Mercury.

Buena idea, buen coche, mal momento de la historia

Los planes de Ford Motors contemplaban el lanzamiento de versiones Sedán, Coupé, convertibles y familiar / ranchera con motores de 5.9 y 6.7 litros para otoño de 1957 como modelo 1958, pero con lo que nunca se contó fue con que el mercado cambiaría drásticamente y los nacientes temores por las paranoias nucleares de la sociedad americana hicieran que las ventas de autos se desplomaran y ningún proyecto nuevo fuera exitoso.

De igual modo que ocurrió con Tucker Motors, la división Edsel de Ford sufrió del mismo caso de incorporar ideas y diseños poco ortodoxos en una sociedad de consumo conservador acostumbrada al aburrimiento de líneas básicamente iguales en la mayoría de los fabricantes.  Otro factor similar al experimentado por Tucker fue que era una de las primeras veces que se usaba una campaña publicitaria tan masiva y agresiva en un público que no estaba habituado a la presencia de este tipo de productos por tantos medios. Esto causó que los consumidores se sintieran sobresaturados por el bombardeo publicitario y creyeran que tanta promoción era debido a que el Edsel no era lo suficientemente bueno como para venderse solo y necesitaba es “ayuda” de los medios.  ¡Vaya que ha evolucionado la publicidad –y los consumidores- en este sector!

Aun y con las pésimas ventas de los modelos Edsel en los 2 primeros años de lanzamiento (1958 y 1959), Ford decidió por apostar un año más por este proyecto, pero 1960 marcó la fecha del cierre de este proyecto.

El proyecto que nunca fue tomado en serio y estatus actual

Dentro de la misma corporación Ford siempre hubo detractores del proyecto Edsel, ya que mucho del equipo lo consideró un proyecto personal de Henry Ford II, nieto del mítico Henry Ford e hijo del para entonces ya fallecido Edsel Ford, conocido por el éxito que logro para la compañía tras la segunda guerra mundial. Más allá de un tributo para Edsel Ford, la línea Edsel fue una magnifica y ambiciosa idea muy adelantada a su época y poco valorada y entendida incluso por los mismos ejecutivos y mandos medios de la compañía.

Como ocurre en la mayoría de los casos, en la actualidad se valora mucho mejor todo lo que supuso el esfuerzo de diseño y creación de la división Edsel y el valor de mercado de estos vehículos en estado operativo va desde los 15.000 a más de 40.000 $.

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