Ceda el paso, un acto de cultura

Es una señal de transito, una orden y a la vez una recomendación para los conductores, aunque a veces no se interpreta de la forma adecuada. Ceder el paso tiene un poder increíble para la movilidad y para la convivencia ciudadana, pero pocos hacen uso de esta herramienta de movilidad.

Prima el orgullo propio y la ley del más fuerte, quien entra, quien toma el puesto de estacionamiento, ¡yo llevo la vía! y lo hacen sentir a través del pito y le reclamamos incluso la vía a animales y peatones.

El ceda el paso tiene dos escenarios, el primero cuando existe la señal de transito ya sea de piso o de pie. La señal de piso es un triangulo blanco pintado sobre el asfalto, la señal de pie es un triangulo blanco de borde rojo que en algunos casos se acompaña de las palabras “ceda el paso”.

Ceda el paso

Es una señal de tránsito que se utiliza en intersecciones o zonas de conflicto en la infraestructura de transporte que indica al conductor la obligación de ceder el paso, en caso de que no alcance a cruzar o incorporase de forma segura sin interferir en la maniobra de los vehículos de la otra corriente.

Esta señal se utiliza frecuentemente en los accesos de vías (autovías) o en intersecciones a nivel con control de prioridad. Es también común ver estas señales en los accesos de las glorietas para darle la prioridad a la calzada anular.

El ceda el paso se puede analizar desde dos contextos, cuando existe la señal de transito o cuando se presenta una circunstancia de tráfico.

Existe señal de transito

En el caso donde existe la señal de transito sirve para conectar el trafico en una intersección, obligando al que viene en la vía a ceder el paso para que el que viene en la intersección o la rotonda se incorpore, sin afectar el trafico y el flujo normal.

Sin embargo muchos conductores hacen caso omiso y piensan que no es una señal de transito que deban acatar y están muy equivocados. En el código nacional de transito de Colombia, no acatar el ceda el paso tiene una sanción en el código y es la C.30. No atender una señal de ceda el paso con una multa equivalente a quince (15) salarios mínimos legales diarios vigentes (SMLDV).

No existe la señal de transito

Tiene el poder de la movilidad, permitir a los demás que transiten libremente nos da la posibilidad también de transitar libremente. Muchos optan por tomar una actitud de no pasar ni dejar pasar, una actitud que genera molestia entre los conductores y ralentiza la movilidad.

A quienes ceder el paso

Indiscutiblemente esto queda al libre albedrio de las personas, sin embargo consideramos que es importante en primera instancia ceder el paso a aquellos actores de la vía que son más vulnerables.

  • A los peatones en general.
  • Mujeres embarazadas.
  • Personas de la tercera edad.
  • Animales (perros, gatos y animales silvestres).
  • Personas con discapacidad.
  • Familias con niños.

En este orden de vulnerabilidad en la vía, debemos respetar a ciclistas que transitan por las vías públicas, que pertenecen a ligas deportivas, clubes de aficionados a la bicicleta y quienes lo utilizan como medio de transporte alternativo.

Luego debemos considerar si vale la pena enfrentar a un motociclista por un lugar en la vía, si medimos la fuerza del automóvil con la del motociclista, quizá este último salga mal librado.

En este escalafón de prioridades también debemos tener en cuenta situaciones que se pueden evitar como los conductores agresivos, los irresponsables que infringen las normas de transito y los conductores que transitan realizando maniobras peligrosas o que quieren adelantarnos para transitar a mayor velocidad.

Es difícil aceptar tener que ceder el paso a cualquiera de estos, es muy cierto, pero aparte de que se siente muy bien ser cortes con los demás y demostrar buena educación, ¿se imaginan dar un ejemplo de estos a sus hijos?, mostrarles que su papá o su mamá es solidario y cede el paso a peatones, que permitió a la señora con sus hijos pasar la avenida o que permite que los demás avancen en caso de ir a una velocidad menor y que evita a toda costa una discusión con el que viene a gran velocidad y lo ataca con las ráfagas de luces y el pito.

Los invito a que hagan el ejercicio, estamos tan acostumbrados a conducir de forma agresiva que el día que lo intentamos se siente muy bien, y si no le corresponden, no se preocupe, no pierda nuevamente el juicio, que si los demás no cambian, ¡no importa! con que cambie usted es suficiente y se puede hacer la diferencia, ¿se imagina? Donde todos tomemos esta actitud, el cambio tan impresionante que se podría generar en la circulación y en la seguridad vial.

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