El Renault Clio y su promoción en Colombia, el «joven mejor preparado» de los años 90.

El Renault Clio, sucesor natural de los R4 y R5, tuvo un primer lanzamiento discreto en Colombia. Seguro que muchos recuerdan su publicidad. Muchos de los que tenemos más de 40 años recordamos el número 99 de la revista Motor, que presentaba el flamante Renault Clio en junio de 1990. Este pequeño auto marcó el comienzo de una era y el fin de otra, la de sus antecesores, el R4 y el R5 “este último ya transformado en Supercinco” y también la de su competidor, el Citroën 2CV, que se despidió en el mismo mes.

Era la época de los coches pequeños para jóvenes, como el Citroën AX, el Peugeot 205 y una larga serie de coches japoneses y surcoreanos. Renault, por su parte, evitó los números para describir sus modelos y bautizó su nueva creación con el nombre de la musa griega de la historia.

Colombia ha conocido el Clio tres veces. La primera vez fue en 1992, cuando la primera generación se importó de Francia en una única versión de cinco puertas. Para justificar su alto precio, fue presentado como representante del glamour francés. Así lo demuestra el anuncio aparecido a principios de 1993, justo un año después del lanzamiento del "amigo fiel".

El anuncio, dividido en dos mitades verticales, muestra el coche en azul metalizado. El nombre "Clio" domina la imagen. A la derecha, aparece un paisaje helado que recuerda a los Alpes europeos, sugiriendo que el coche viene directamente de allí.

La segunda aparición del Clio en Colombia se remonta a septiembre de 1994, cuando se anunció el Clio RSi, un deportivo de tres puertas. También se importó de Francia y se vendió exclusivamente a través de la red de concesionarios Casa Toro, que compraba todos los coches importados.

En ambos casos, Renault-Sofasa intentó responder inmediatamente con un nuevo producto al auge de la liberalización económica. No fue fácil, sin embargo, porque los precios iniciales eran muy elevados para la categoría. Los primeros Clio eran raros y hoy son interesantes piezas de coleccionista.

Renault Clio el "mejor coche joven" de los años 90

Era 1995 y Renault dio prioridad al Twingo como producto nacional, retrasando el Clio un año, mientras Colmotores respondía poco después con el Chevrolet Corsa. Había buenos competidores, como el Ford Fiesta, el Fiat Uno, el Hyundai Excel Coupé y, poco después, el Mazda 121, pero el Clio, construido en Envigado y presentado en el Salón del Automóvil de Bogotá de 1996, era la respuesta adecuada.

Más manejable que el Twingo, con cinco puertas y unas dimensiones que atraían a un público más amplio, llegó para quedarse e hizo que los fans tradicionales de Renault se sintieran de nuevo como en casa. El Clio fue para el Twingo lo que el Renault 6 fue para el Renault 4, pero en otra época y en otras circunstancias.

Con cambios mínimos como la forma de los faros, los guardabarros y el carácter del nuevo logotipo, el Renault Clio nacional debutó en el salón Corferias en un stand que se hacía eco de algunos de los efectos del Twingo, pero algo más comedido. El eslogan con el que se presentó inicialmente lo describía como: "Un joven bien preparado".

Esta frase se repetía en los anuncios, que a su vez se hacían eco del anuncio español de JASP, cuyo eslogan era originalmente 'Joven, pero bien preparado'. Los colombianos vieron dos anuncios en la televisión estatal en los que la comparación entre generaciones era constante.

En uno, un productor de televisión maduro y elegante, pero claramente descontento, regaña a un joven realizador en blue jeans que ha pedido hacer su propio programa. Este último va más allá y corrige una cita que atribuye al filósofo Immanuel Kant, cuando pertenece al poeta latino Séneca.

El segundo anuncio muestra a un directivo de mediana edad que está a punto de ser trasladado a otro puesto y se entera de que una joven científica va a ocupar su lugar. Su colega le explica que su llegada lo cambiará todo e incluso se niega a utilizar el coche. Así que la mujer aparece feliz y con amigos en su nuevo Clio.

coche joven" de los años 90

Entre muchos anuncios colombianos

En 1999, cada vez había más anuncios que seguían esta tendencia, pero estaban rodados en Colombia y además contenían toques de humor. Este estilo, muy típico en la época y visible en producciones como Betty la fea, los hacía más frescos y memorables.

En una de las escenas de la primera película muestra una conversación entre dos hombres en un ascensor. El hombre mayor le dice arrogantemente al más joven que quiere conocer al vicepresidente encargado de los proyectos y habla de cosas que cree que el más joven no entiende. En cuanto el joven sale del ascensor, le dice que es el nuevo vicepresidente de la empresa encargado de los proyectos.

En otro anuncio, un hombre y una mujer escuchan el discurso introductorio de un orador. El hombre termina y le dice a la mujer que debe de ser "un viejo con demasiados títulos". Mientras los demás aplauden a la espera de la conferencia, la bella directora le dice "adiós" y queda claro que es ella. El hombre, atónito, se queda solo, con la mirada perdida.

Así es como el Renault Clio encontró su mercado específico en Colombia en la segunda mitad de los años noventa.

anuncios colombianos

El Renault Clio en la publicidad impresa

La publicidad impresa del Renault Clio, en cambio, fue más bien escasa y poco directa, lo que sorprendió a la marca y a la publicidad en general. Apareció más de un año después del lanzamiento, cuando el producto ya estaba posicionado, no sin calidad.

La aparición del modelo básico RL dio lugar a una publicidad espontánea y llamativa, con composiciones dinámicas, retículas bien definidas y una tipografía adaptada al público objetivo. La mitad del perfil del coche aparece junto a un sonriente propietario con el codo apoyado en el techo.

La misma imagen se repite en otro anuncio, realizado en 1998 para celebrar el primer centenario de la marca, con un primer plano de las clásicas pegatinas de parachoques con diversos mensajes que se habían puesto de moda poco antes.

Una mirada más atenta revela también la intuición de la agencia de publicidad Lowe/SSPM. Las pegatinas se colocaron en competidores tradicionales como el Chevrolet Sprint y el antiguo Mazda 323 hatchback. La última imagen es simplemente el emblema del Clio terminado con la frase "nada que decir".

Otros dos artículos son la felicitación por la llegada de Juan Pablo Montoya a la Fórmula Uno y la emisión de un famoso comercial argentino en Colombia. En este comercial, el diablo atrae a una víctima potencial a un accidente con dos camiones en una curva.

Su increíble evolución

En mayo de 2001, el Renault Clio doméstico entró en su segunda generación global. Con líneas más redondeadas y agresivas, fue precedido por su "hermano" de equipaje, el Symbol, cuya campaña estuvo marcada por la aparición del Gringo Bob Harris.

Este buque insignia entró en el siglo XXI con nuevas ideas y cambios mínimos, manteniéndose vigente y exitoso hasta 2016. Hoy se considera un coche de ocasión fiable, pero su prestigio está ligado a la 'juventud bien peinada' del siglo pasado.

evolución

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