Porsche se acerca a los 1.000 kilómetros de autonomía en coches eléctricos

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Gracias a la optimización del ánodo de la batería. La marca alemana está desarrollando ánodos de silicio que ofrecen hasta diez veces más capacidad de almacenamiento en comparación con los ánodos de grafito actuales. Esto permitiría recorrer más de 1.300 kilómetros con una sola recarga y una carga rápida de 15 minutos. Aunque las partículas de silicio presentan un problema de expansión al absorber litio, Porsche está trabajando en soluciones para aumentar la vida útil de la batería, como la composición de ánodos con un 80% de silicio y el aumento de la proporción de níquel en el cátodo.

El objetivo a medio plazo es lograr una autonomía de 1.300 kilómetros. Además, Porsche también está investigando baterías de estado sólido, que prometen una mayor densidad energética y tiempos de carga más rápidos. Para aprovechar estas mejoras, se requerirá el desarrollo de estaciones de carga más potentes y sistemas de refrigeración activa en las tomas de carga.

Porsche se acerca a los 1.000 kilómetros

El avance en la tecnología de baterías es uno de los aspectos clave para el desarrollo y la adopción masiva de vehículos eléctricos. En este sentido, Porsche está trabajando en diversas mejoras para optimizar la autonomía de sus coches eléctricos y superar la barrera de los 1.000 kilómetros.

Una de las estrategias que está empleando Porsche es la optimización del ánodo de la batería. Actualmente, utilizan ánodos de grafito, pero están explorando la posibilidad de emplear ánodos de silicio. Los ánodos de silicio ofrecen una capacidad de almacenamiento hasta diez veces mayor que los de grafito, lo que permitiría aumentar significativamente la autonomía de los vehículos eléctricos.

Sin embargo, el uso de ánodos de silicio presenta desafíos técnicos. Las partículas de silicio tienden a expandirse en un 300% cuando absorben litio, lo que podría afectar la vida útil de la batería. Para abordar este problema, Porsche está trabajando en el desarrollo de ánodos compuestos por hasta un 80% de silicio, lo que podría reducir la expansión y mejorar la durabilidad de la batería.

Además, Porsche está investigando formas de aumentar la proporción de níquel en el cátodo de las baterías. El aumento de níquel en el cátodo puede permitir una mayor capacidad de carga, lo que se traduce en una mayor autonomía. Estos avances en la química de las baterías podrían llevar a Porsche a fabricar coches eléctricos capaces de recorrer más de 1.300 kilómetros con una sola recarga.

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Además de la optimización de la química de las baterías, Porsche también está explorando las baterías de estado sólido. Estas baterías prometen una mayor densidad energética y tiempos de carga más rápidos en comparación con las baterías convencionales. Porsche espera que las baterías de estado sólido puedan ofrecer hasta un 50% más de densidad energética, lo que proporcionaría una autonomía aún mayor y tiempos de carga más cortos.

No obstante, la implementación de estas mejoras también requerirá avances en la infraestructura de carga. Las estaciones de carga deberán ser más potentes para permitir tiempos de carga rápidos, y las tomas de carga deberán contar con sistemas de refrigeración activa para manejar las capacidades de carga superiores a 500 kW de forma segura y eficiente.

En resumen, Porsche está trabajando en diferentes frentes para optimizar la autonomía de sus coches eléctricos. La optimización del ánodo de la batería, la exploración de baterías de estado sólido y mejoras en la infraestructura de carga son algunos de los enfoques que están utilizando para acercarse a los 1.000 kilómetros de autonomía y ofrecer una experiencia de conducción eléctrica más conveniente y confiable.

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